4 de octubre
SAN FRANCISCO DE ASÍS, DIÁCONO Y FUNDADOR DE LAS TRES
ÓRDENES
Familia Franciscana: SOLEMNIDAD
Nació en Asís en 1182. Convertido a Cristo tras una juventud
mundana, renunció a los bienes paternos y se consagró por entero a Dios. Abrazó
la pobreza y llevó una vida evangélica, predicando a todos el amor de Dios. A
sus seguidores los formó con ejemplares normas de vida, aprobadas por la Sede
Apostólica. Fundó también la Orden de Clarisas y la Tercera Orden seglar.
Predicó la fe entre los infieles. Murió la tarde del 3 de octubre de 1226.
Himnos latinos propios en el Apéndice
I Vísperas
HIMNO
Cae la tarde lentamente
mientras las sombras se alargan.
Francisco sabe que llega
la muerte, su dulce hermana.
Mantiene enhiesto el espíritu
aunque la carne está flaca.
Sus miembros se tornan fríos
mientras el alma se abrasa.
Todos sus hijos, en torno,
le dicen su amor con lágrimas,
y queda el rebaño triste
porque su pastor se marcha.
Francisco, que mira al cielo,
flácida y suave levanta
una mano que bendice
dispensadora de gracias.
Que el error y la lujuria
no mancillen vuestra casa.
Sola la virtud anide
en los cuerpos y en las almas.
Y luego voló su espíritu
como una paloma blanca
que en el cielo ha puesto el nido
colgando en divina rama.
Al Padre, al Hijo, al Espíritu
ascienda nuestra alabanza.
Gloria y honor al Dios Trino
por los siglos que no acaban. Amén.
SALMODIA
Ant. 1. Francisco, varón católico y del todo apostólico,
enviado con la buena noticia de la paz.
Salmo 111
Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita.
En su casa habrá riquezas y abundancia,
su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo.
Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo.
No temerá las malas noticias,
su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor,
Hasta que vea derrotados a sus enemigos.
Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta.
y alzará la frente con dignidad.
El malvado, al verlo, se irritara,
rechinará los dientes hasta consumirse.
La ambición del malvado fracasará.
Ant. Francisco, varón católico y del todo apostólico,
enviado con la buena noticia de la paz.
Ant. 2. En sus días sostuvo la casa de Dios y reparó el
templo.
Salmo 147
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
El envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;
hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.
Ant. En sus días sostuvo la casa de Dios y reparó el templo.
Ant. 3. Sácame de la prisión: me rodearán los justos cuando
me devuelvas tu favor.
Salmo 141
A voz en grito clamo al Señor,
a voz en grito suplico al Señor;
desahogo ante él mis afanes,
expongo ante él mi angustia,
mientras me va faltando el aliento.
Pero tú conoces mis senderos,
y que en el camino por donde avanzo
me han escondido una trampa.
Mira a la derecha, fíjate:
nadie me hace caso;
no tengo adónde huir,
nadie mira por mi vida.
A ti grito, Señor;
te digo: «Tú eres mi refugio
y mi lote en el país de la vida.»
Atiende a mis clamores,
que estoy agotado;
líbrame de mis perseguidores,
que son más fuertes que yo.
Sácame de la prisión,
y daré gracias a tu nombre:
me rodearán los justos
cuando me devuelvas tu favor.
Ant. Sácame de la prisión: me rodearán los justos cuando me
devuelvas tu favor.
LECTURA BREVE
Rm 8, 10-11
Si Cristo está en vosotros, el cuerpo está muerto por el
pecado, pero el espíritu vive por la justificación obtenida. Si el Espíritu del
que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó
de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos
mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros
RESPONSORIO BREVE
R. Francisco pobre y humilde * Entra rico en el cielo.
Francisco.
V. Lo aclaman con himnos celestiales. * Entra. Gloria al
Padre. Francisco.
Magníficat, ant. Francisco, del todo sumiso al Creador, tuvo
sumisas a las criaturas: se servía de ellas para gloria de Dios.
PRECES
Invoquemos, hermanos, a Dios Padre, fuente de toda santidad
que, por la intercesión y ejemplo de nuestro Padre San Francisco, nos guía por
el camino de la santidad, y digámosle:
Escúchanos, Señor.
Padre Santo, que hiciste a tu siervo Francisco imitador
perfecto de tu Hijo,
–haz que nosotros, siguiendo sus huellas, observemos
fielmente el Evangelio de Cristo.
Padre de bondad, guía nuestros pasos por el camino de la
paz, siguiendo el ejemplo de nuestro padre San Francisco,
–para que, con sincero corazón, vivamos en obediencia, sin
propio y en castidad.
Padre altísimo y omnipotente, que dispersas a los soberbios
de corazón y enalteces a los humildes,
–concédenos imitar a nuestro seráfico Padre en la virtud de
la humildad.
Padre de amor y de misericordia, que marcaste con las
señales de la pasión de tu Hijo a tu siervo Francisco,
–concédenos gloriarnos siempre de la cruz de Cristo.
Padre indulgente, que por las súplicas de nuestro Padre San
Francisco otorgaste el perdón a los pecadores,
–muestra tu rostro a nuestros hermanos difuntos.
Padre nuestro.
Oración
Dios todopoderoso, que otorgaste a nuestro Padre San
Francisco la gracia de asemejarse a Cristo por la humildad y la pobreza,
concédenos caminar tras sus huellas, para que podamos seguir a tu Hijo y
entregarnos a ti con amor jubiloso. Por nuestro Señor Jesucristo.
Invitatorio
Ant. Venid, adoremos a cristo Rey, que enaltece a los
humildes.
El salmo invitatorio como en el Ordinario.
Oficio de lectura
HIMNO
Luce el cielo su manto de estrellas
en la noche callada y serena;
cuando todos descansan y duermen,
fray Francisco absorto está en vela.
Y sus ojos, al cielo elevados,
son plegaria de amor y de entrega,
y su voz, un susurro de rezos,
convertidos en dulces poemas.
«¡Quién sois Vos, Señor mío y Dios mío!
¡Quién soy yo, vil gusano en la tierra!…»
Y así pasan las horas volando,
y Francisco, extático, sueña:
¡es heraldo del Rey de la gloria,
y la Dama Pobreza es su dueña!
Ya no cuentan dolores ni gozos,
sufrimientos y dichas no cuentan.
Demos gloria al Dios increado,
Trino y Uno en personas y esencia,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
alabanzas y gloria eternas. Amén.
SALMODIA
Ant. 1. Dios me hizo olvidar la casa paterna, me hizo crecer
en la tierra de mi aflicción.
Salmo 1
Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche.
Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin.
No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
En el juicio los impíos no se levantarán,
ni los pecadores en la asamblea de los justos;
porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal.
Ant. Dios me hizo olvidar la casa paterna, me hizo crecer en
la tierra de mi aflicción.
Ant. 2. Estimó mayor riqueza el oprobio de la cruz de
Cristo, que los tesoros del mundo.
Salmo 8
Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.
Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder?
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:
rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar.
Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Ant. Estimó mayor riqueza el oprobio de la cruz de Cristo,
que los tesoros del mundo.
Ant. 3. He muerto al mundo y mi vida está, con Cristo,
escondida en Dios.
Salmo 15
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.
Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.
Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
Ant. He muerto al mundo y mi vida está, con Cristo,
escondida en Dios.
V. Señor, has sellado a tu siervo Francisco.
R. Con las señales de nuestra redención.
PRIMERA LECTURA
Del libro del Eclesiástico
50, 1. 4-5a. 6-11. 22.25. 29-37
Como sol refulgente sobre el templo real
En su tiempo se reparó el templo, en sus días se afianzó el
santuario.
Él cuidó de su pueblo para evitar la ruina y fortificó la
ciudad contra el asedio. ¡Qué glorioso era! Como el lucero del alba en medio de
las nubes, como la luna llena, como el sol que brilla sobre el templo del
Altísimo, como el arco iris que ilumina las nubes de gloria, como flor del
rosal en primavera, como lirio junto a un manantial, como brote del Líbano en
el verano, como fuego e incienso en el incensario, como vaso de oro macizo
adornado de toda clase de piedras preciosas, como olivo floreciente de frutos,
como ciprés que se eleva hasta las nubes. Cuando se ponía la vestidura de gala
y se vestía sus elegantes ornamentos.
En torno a él la corona de sus hermanos, como brotes de
cedro del Líbano, lo rodeaban como tallos de palmera. Entonces bajaba y elevaba
sus manos sobre toda la asamblea de los hijos de Israel, para dar con sus
labios la bendición del Señor y tener el honor de pronunciar su nombre.
Y ahora bendecid al Dios del universo, el que por todas
partes hace grandes cosas, el que exaltó nuestros días desde el seno materno, y
que nos trata según su misericordia. Que nos dé contento de corazón, y que haya
paz en nuestros días. Sabia doctrina y sentencias ajustadas ha grabado en este
libro, vertió de su corazón sabiduría a raudales.
Feliz quien repase esto a menudo; el que lo ponga en su
corazón se hará sabio. Y si lo practica, para todo será fuerte, porque la
huella que sigue es la luz del Señor.
RESPONSORIO
1Co 2, 4. 1
R. Mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva
sabiduría humana, * Sino en la manifestación y el poder del Espíritu.
V. Pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna,
sino a Jesucristo, y éste crucificado. * Sino.
SEGUNDA LECTURA
De la carta de San Francisco de Asís a todos los fieles
(BAC 399, San Francisco de Asís, Madrid 1978, pp. 55-56.
59-60)
Puesto que soy siervo de todos, a todos estoy obligado a
servir
Puesto que soy siervo de todos, a todos estoy obligado a
servir y a suministrar las odoríferas palabras de mi Señor; y quiero
comunicarles las palabras de nuestro Señor Jesucristo, que es el Verbo del
Padre, y las palabras del Espíritu Santo, que son espíritu y vida.
Siendo este Verbo del Padre sobre manera rico, quiso, junto
con la bienaventurada Virgen, su Madre, escoger en el mundo la pobreza. Y puso
su voluntad en la voluntad del Padre, diciendo: Padre, hágase tu voluntad; no
se haga como yo quiero, sino como quieres tú.
Y la voluntad de su Padre fue que su bendito y glorioso
Hijo, a quien nos dio para nosotros, y que nació por nuestro bien, se ofreciese
a sí mismo como sacrificio y hostia, por medio de su propia sangre, en el altar
de la cruz; no para sí mismo, por quien todo fue hecho, sino por nuestros
pecados, dejándonos ejemplo para que sigamos sus huellas.
Y quiere que todos seamos salvos por él y que lo recibamos
con un corazón puro y con nuestro cuerpo casto. ¡Oh, cuán dichosos y benditos
son los que aman a Dios y obran como dice el Señor mismo en el Evangelio:
Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón y con toda la mente, y a tu prójimo
como a ti mismo!
Amemos, pues, a Dios y adorémoslo con puro corazón y mente
pura, porque esto es lo que
sobre todo desea cuando dice: Los verdaderos adoradores
adorarán al Padre en espíritu y verdad. Porque todos los que lo adoran, es
preciso que lo adoren en espíritu de verdad. Y dirijámosle alabanzas y
oraciones día y noche, diciendo: Padre nuestro, que estás en los
cielos, porque es preciso oremos siempre y no
desfallezcamos.
Y de manera especial los religiosos, que renunciaron al
siglo, están obligados a hacer más y mayores cosas, pero sin omitir éstas. No
debemos ser sabios y prudentes según la carne, sino, más bién, sencillos,
humildes y puros. Yo, hermano Francisco, vuestro menor siervo, os ruego y
suplico, en la caridad, que es Dios, y con el deseo de besaros los pies, que os
sintáis obligados a acoger, poner por obra y guardar con humildad y amor estas
palabras y las demás de nuestro Señor Jesucristo. Y a todos aquellos y aquellas
que las acojan benignamente, las entiendan y las envíen a otros para ejemplo,
si perseveran en ellas hasta el fin, bendíganles el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo. Amén.
RESPONSORIO
Jr 11, 4; Mt 11,29; ICo 11, 1
R. Escuchad mis palabras y haced lo que os mando, * Y
encontraréis vuestro descanso.
V. Seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo. * Y
encontraréis.
HIMNO Te Deum.
Oración
Dios todopoderoso, que otorgaste a nuestro Padre San
Francisco la gracia de asemejarse a Cristo por la humildad y la pobreza,
concédenos caminar tras sus huellas, para que podamos seguir a tu Hijo y
entregarnos a ti con amor jubiloso. Por nuestro Señor Jesucristo.
Laudes
HIMNO
Hoy a Francisco celebra
el mundo con alegría.
Hoy una nueva armonía
resuena en la creación.
Que en la mañana temprana
Francisco a todos invita,
para venir a la cita
y bendecir al Señor.
La luz que nace hoy de nuevo,
el aire que se ilumina;
el hombre que ya camina
a su trabajo y su afán.
El ave que mañanera
canta con gozo profundo…
Todo es hoy gozo en el mundo
por el Hermano Mayor.
Dad gloria a Dios, Uno y Trino,
que todo nos da en Jesús.
Gloria al que ofrece en la cruz
camino, vida y verdad.
Cantad su gloria por siempre,
y, su alabanza cantando,
pregone que estáis amando
al Dios de toda bondad. Amén.
Ant. 1. Apareció perfecto y justo, y al tiempo de la
destrucción él fue el renovador.
Los salmos y el cántico, del domingo de la semana I.
Ant. 2. Loaba de continuo al Señor: a las estrellas, al viento,
a las aves, a todas las criaturas, invitaba a alabar al Creador.
Ant. 3. El Señor levantó al humilde, lo exaltó hasta los
límites del orbe.
LECTURA BREVE
Ga 1, 15-16. 24
Aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó
por su gracia se dignó revelar a su Hijo en mí, para que yo lo anunciara a los
gentiles. Y alababan a Dios por causa mía.
RESPONSORIO BREVE
R. Mi corazón y mi carne * Retozan por el Dios vivo. Mi
corazón.
V. Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor. *
Retozan. Gloria al Padre. Mi corazón.
Benedictus, ant. Se mantuvo alegre al compartir los
padecimientos de Cristo y, ahora que se ha manifestado su gloria, rebosa de
gozo.
PRECES
Glorifiquemos a Cristo, que, por su muerte y resurrección,
edificó su Iglesia y nos ha llamado al seguimiento de Francisco, y supliquemos
humildemente diciendo:
Consérvanos, Señor, en tu santo servicio.
Tú que viniste a evangelizar a los pobres, enséñanos a
propagar tu reino de palabra y obra,–y a instaurarlo con éxito entre los
hombres.
Tú, que eres luz de los pueblos y maestro de santidad, haz
que permanezcamos firmes en la fe verdadera,
–para que proclamemos tu nombre en todo el mundo.
Tú, que diste el mandamiento nuevo de que nos amáramos unos
a otros,
–concédenos trabajar por el bien de todos los hombres.
Tú, Sabiduría del Padre, ilumina nuestras inteligencias,
–para que, fieles a la verdad, permanezcamos en el amor.
Tú, que trabajaste con tus propias manos, dirige nuestro
trabajo,
–para que todos los que vean nuestras obras glorifiquen a
Dios Padre.
Padre nuestro.
Oración
Dios todopoderoso, que otorgaste a nuestro Padre San
Francisco la gracia de asemejarse a Cristo por la humildad y la pobreza,
concédenos caminar tras sus huellas, para que podamos seguir a tu Hijo y
entregarnos a ti con amor jubiloso. Por nuestro Señor Jesucristo.
Hora intermedia
Salmodia complementaria. Si cae en domingo, salmos del
domingo de la semana I.
Tercia
Ant. Me he puesto al servicio de todos, para ganar a los más
posibles para Cristo nuestro Señor.
LECTURA BREVE
Flp 3, 7-8
Todo lo que para mí era ganancia lo consideré pérdida
comparado con Cristo; más aún, todo lo estimo pérdida comparado con la
excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo perdí todo, y
todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo.
V. Ninguna criatura pudo apartarme del amor de Dios.
R. Manifestado en Cristo Jesús.
Sexta
Ant. Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es
el reino de los cielos.
LECTURA BREVE
Si 3, 17-20
Hijo mío, en tus asuntos procede con humildad, y te querrán
más que al hombre generoso. Hazte pequeño en las grandezas humanas, y
alcanzarás el favor de Dios; porque es grande la misericordia de Dios, y revela
sus secretos a los humildes.
V. Yo soy pobre y desgraciado.
R. Pero el Señor se cuida de mí.
Nona
Ant. Cristo Jesús me ha otorgado el premio: el conocimiento
de su persona y la comunión con sus padecimientos, muriendo su misma muerte.
LECTURA BREVE
Ga 2, 19b-20
Estoy crucificado con Cristo: vivo yo, pero no soy yo, es
Cristo quien vive en mí. Y, mientras vivo en esta carne, vivo de la fe en el
Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse por mí.
V. Si nuestra existencia está unida a Cristo en una muerte
como la suya.
R. Lo estará también en una resurrección como la suya.
La oración como en Laudes.
II Vísperas
HIMNO
Ven, Francisco, a tus hermanos,
visita a los pobrecillos;
ven, traspasado de amor
por las heridas de Cristo;
como nueva primavera
después del invierno frío,
¡ven, Francisco!
Ven, que los hombres te vean
por el mundo peregrino:
liberado, sin alforja
y sin dinero en el cinto;
y anuncia la paz y el bien
con los labios florecidos,
¡ven, Francisco!
Ven con los brazos sin armas,
hermano suave y pacífico;
ven, menor de los menores,
de corazón compasivo;
profeta sin amargura,
ven con el ramo de olivo,
¡ven, Francisco!
Ven, penitente gozoso,
que lloras de regocijo;
heraldo loco de amor
y paz de los enemigos;
ven por los barrios y plazas,
juglar del perdón divino,
¡ven, Francisco!
Ven, ángel de buenas nuevas,
háblanos de Jesucristo;
ven, boca del Evangelio,
cristiano sabio y sencillo;
hermano tan deseado,
Francisco tan bien querido,
¡ven, Francisco!
SALMODIA
Ant. 1. Nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna,
sino a Jesucristo, y éste, crucificado.
Salmo 112
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono.
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
Ant. Nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna,
sino a Jesucristo, y éste, crucificado.
Ant. 2. Muriendo su misma muerte, para conocerlo a él, y la
fuerza de su resurrección.
Salmo 145
Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.
No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes.
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;
que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que de pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos,
el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos,
sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad.
Ant. Muriendo su misma muerte, para conocerlo a él, y la
fuerza de su resurrección.
Ant. 3. Será el Señor tu luz perpetua, y tu Dios será tu esplendor.
Cántico
Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.
Ant. Será el Señor tu luz perpetua, y tu Dios será tu
esplendor.
LECTURA BREVE
Ga 6, 14. 17-18
Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro
Señor Jesucristo, en la cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el
mundo. Yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús. La gracia de nuestro Señor
Jesucristo esté con vuestro espíritu, hermanos. Amén.
RESPONSORIO BREVE
R. Tu victoria, Señor, * Ha engrandecido su fama. Tu
victoria.
V. Le concedes bendiciones incesantes. * Ha engrandecido.
Gloria al Padre. Tu victoria.
Magníficat, ant. El Señor se fija en el pobre y vagabundo
para hacerle bien, y lo levanta del polvo, le hace levantar la cabeza: muchos
se asombran al verlo y alaban a Dios.
PRECES
Invoquemos, hermanos, a Dios Padre, fuente de toda santidad
que, por la intercesión y ejemplo de nuestro Padre San Francisco, nos guía por
el camino de la santidad, y digámosle:
Escúchanos, Señor.
Padre Santo, que hiciste a tu siervo Francisco imitador
perfecto de tu Hijo,
–haz que nosotros, siguiendo sus huellas, observemos
fielmente el Evangelio de Cristo.
Padre de bondad, guía nuestros pasos por el camino de la
paz, siguiendo el ejemplo de nuestro Padre San Francisco,
–para que, con sincero corazón, vivamos en obediencia, sin
propio y en castidad.
Padre altísimo y omnipotente, que dispersas a los soberbios
de corazón y enalteces a los humildes,
–concédenos imitar a nuestro seráfico Padre en la virtud de
la humildad.
Padre de amor y de misericordia, que marcaste con las
señales de la pasión de tu Hijo a tu siervo Francisco,
–concédenos gloriarnos siempre de la cruz de Cristo.
Padre indulgente, que por las súplicas de nuestro Padre San
Francisco otorgaste el perdón a los pecadores,
–muestra tu rostro a nuestros hermanos difuntos.
Padre nuestro.
Oración
Dios todopoderoso, que otorgaste a nuestro Padre San
Francisco la gracia de asemejarse a Cristo por la humildad y la pobreza,
concédenos caminar tras sus huellas, para que podamos seguir a tu Hijo y
entregarnos a ti con amor jubiloso. Por nuestro Señor Jesucristo.
Completas
HIMNO
Cuando ya el sol se ha escondido,
y la luna y las estrellas
son con sus luces las huellas
de la presencia de Dios;
con el hermano Francisco
cantamos, Señor, tu gloria,
para cantar tu victoria
al nacer de nuevo el sol.
Que el sol a Cristo recuerda.
y su pasión y su muerte
es la noche que te advierte:
«Resucitará el Señor.»
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.